Y después de tantas lunas y tantos soles descubrí que era tanta mi preocupación por encontrarme... que me perdí en el camino...

Y tu.. ¿Ya me has encontrado?



miércoles, 2 de marzo de 2011

El dolor transformado en sacrificio y la excitación resulante de esta droga peligrosa.

He caminado no se cuanto, no sé si mucho o poco, la vida se me ha ido en un abrir y cerrar de ojos, y se me sigue escapando como el agua tomada con las manos y que tratas de contener pero inevitablemente termina escapando de entre los dedos, han pasado cosas dolorosas en mi vida, pero al fin de cuentas entiendo que el dolor es una parte que fundamenta al hombre, una parte que se vive buscando: sentir dolor ante las cosas porque al final de cuentas sin saber el dolor nos calma, nos da un cierto confort, cuando nacimos a este mundo veníamos ya cargados de cierta culpa, y a lo largo de los años cuando llega esa felicidad soñada que se va transformando en posible, huimos de ella, nos da temor entregarnos a la felicidad porque muy dentro de nosotros sentimos que no lo merecemos, entonces continuamente nos autoflagelamos creyendo que es justo hacernos daño, porque somos pecadores, porque hemos hecho mal, el dolor cuando se mira como una renuncia, como un sacrificio, se convierte en una droga muy peligrosa y sin darnos cuenta estamos inyectando nuestra alma con una inyección de reacciones lentas pero letales; nos autocastigamos y después culpamos al amor por la derrota de nuestros anhelos y huimos de el creyendo que el amor provoca ese mal, cuando en realidad el entregarnos a través de sacrificios y renuncias ha sido el provocante de nuestras desgracias internas, somos falsamente felices siendo desdichados, entregando nuestra vida por un supuesto amor, pero el amor real no tiene nada que ver con esto, ni siquiera con el sacrificio, el amor real no necesita de sacrificios… y nadie es capaz de describirlo hasta no sentirlo, y para sentirlo necesitas llegar al límite, a ese límite que te empuje, te mate y te haga renacer en una conciencia diferente.. pero mientras tanto se vive sumido en la seducción de un dolor que se viste de sacrificio, pero que asusta cuando muestra su verdadera cara… y así sucede de manera tan cotidiana en la vida del ser humano por más que lo rechace siempre encontrará la manera de estar con ese dolor, de enamorarlo, de hacerlo parte de su vida… como parte de lo que trato de explicar, cito una parte que leí del libro 11 minutos… “El soldado va a la guerra a matar al enemigo?... No, el va a morir por su país (sacrificio), ¿Le gusta a la mujer mostrarle a su marido lo contenta que está, lo satisfecha y plena que se siente? NO, quiere que el vea cuanto se dedica y cuanto sufre para verlo a él feliz…(sacrificio) ¿Va el marido al trabajo pensando en su realización personal, V.gr.: sacar a su familia adelante sentirse autosuficiente? NO, esta dando su sudor y sus lágrimas por el bien de la familia (sacrificio), y así sucesivamente: hijos que renuncian a sueños para alegrar a los padres, padres que renuncian a la vida para alegrar a sus hijos, dolor y sufrimiento que justifican con aquello que debería proporcionar simplemente alegría: AMOR.

Tal vez estas letras parezcan disparatases, algo loco sacado de una mente enferma, pero es la realidad, cuando entras a tu interior comienzas a mirar muchas cosas, parte de la verdadera fisiología humana y sus comportamientos psicológicos, pero miras las cosas más allá de lo que los ojos humanos son capaz de ver… son cosas que no miras pero el “corazón” el alma es capaz de sentir, de percibir..

Tuvo que pasar más de dos décadas para entender el sentido real de mi existir, la necesidad básica del ser humano que es amar y ser amados, y muchos nos jactamos de amar, pero estoy segura que pocos de los miles de millones que habitamos esta tierra sabemos lo que en realidad es amar… el amar es algo en donde el ego no entra, simplemente no tiene cabida y en este mundo hasta hoy no he tenido el placer de conocer personalmente a una sola persona que sepa ser humilde y reconocer la valía de otra persona ante uno mismo, y no digo que nos sintamos inferiores sino que seamos capaces de mirar la gran valía que tiene la persona que tenemos por un lado y simplemente por el hecho de existir ya merece todo nuestro respeto y amor.

Hoy entiendo que detesto muchas actitudes mías que, aunque son muy humanas no termino por entender el porque continuamos castigándonos por todos los errores una y otra vez, como si el castigo no debiese tener fin, no entiendo cómo vamos por la vida cegando la vista a nuestra alma ante la oportunidad innata de amar… como es que nos hemos desviado de la finalidad del existir?

Y a raíz de todo esto comprendí que he vivido muchos años sin sentir amor real, no sé cuánto tiempo me quede de vida, pero no quiero perder más el tiempo en ser infeliz y disfrutando o creyendo falsamente que todo está bien, se que en el momento en el que me abra al amor verdadero encontraré esa plenitud real tan deseada.