Y después de tantas lunas y tantos soles descubrí que era tanta mi preocupación por encontrarme... que me perdí en el camino...

Y tu.. ¿Ya me has encontrado?



jueves, 25 de marzo de 2010

Una cruda realidad...

He tratado de abordar una y otra vez la idea del porque he cometido tal cantidad de errores, si bien me he permitido disculparme por todos ellos, no deja de molestar la espinita que cuestiona mis conductas inmorales...

Mis días han sido así... he caminado tratando de ser feliz con lo que tengo a mi alcance, he llenado todos los huecos que siento en mi vida con unas u otras cosas algunas buenas a los ojos de la sociedad y otras que para la mayoría resultarían repudiables; es por ello que por más que quiero aligerar mi carga me es tremendamente difícil, el no creer todo lo que escucho y pensar mas de una vez antes de permitir que otra persona decida por mi me ha ocasionado un sinfin de conflictos; fui educada con cierta rigidez, me enseñaron las consecuencias que tiene el quebrantar las reglas sociales, creo que por ello a sido tarea ardua el tomar unas cuantas reglas que me parecen absurdas y botarlas con un punta pie; pero, por otro lado, están mis creencias, basadas en las pocas experiencias que he tenido, “pocas pero muchas de ellas crueles”… mismas que me hacen creer que la sociedad es hipócrita y a pesar de su falsedad se atreve a juzgar, si haces, si no haces, nunca se les da gusto; así que preferí guiarme por mis creencias en el sentido de que con ésto no pase por encima de nadie, creo firmemente que mi libertad termina donde empieza la de los demás.
No obstante de que he cometido actos que la sociedad juzga basandose en los perjuicios... al considerar en ocasiones, el hecho de que si alguien no sigue ciertos parámetros o normas -establecidas formal o informalmente por la sociedad- se encuentra errado, y a pesar de que se lo aniquilable que puede llegar a ser la sociedad una vez que decide juzgarte, soy una mujer satisfecha, alegre y consiente de mis acciones, mismas que han hecho sentirme deseada, querida y no sólo útil.
Me niego a creer en terminos existeciales que vine aquí ha seguir por un camino rígido y lleno de sacrificios y golpes de pecho y tener que partir sin haber probado el intento de buscar la plenitud y satisfacción –respetando la libertad de los demas– buscar la felicidad, la dicha, la tranquilidad; puede ser que para la sociedad he vivido bajo una falsedad, ya que discriminan a quien va encontra de la corriente, quien no se presta para jugar el papel del hipnotizado que hace lo mismo una y otra vez, sólamente porque otros lo hacen; yo contínuo sosteniendo que mis acciones no tienen como finalidad hacer maldad y el remar contra la corriente, en cierta medida, me ha brindado una sensacion extraordinaria de libertad y me ha llevado a un estado de plenitud que me brinda mejor disposición para dar frente a las dificultades que se me presentan.

No hay una verdad absoluta... puede que esto sea sólo un dulce sueño, una deliciosa ilusión y forzosamente habrá que despertar a la cruel realidad social y vivir bajo sus sistemas severos... y creer que si después de este mundo existe un "lugar" como dicen donde se pena por lo malo, seguro tengo mi lugar reservado, sino es así, juzgo que la vida a sido Bendita y ha sido delicioso existir...

jueves, 18 de marzo de 2010

La línea delgada entre el egoísmo y la aventura

En ciertas ocasiones me resulta lamentable el tener que seguir el margen de las reglas sociales y todas sus cuestiones morales, aunque, me queda claro que si no fuera por "las reglas" se armaría un gran lío...

Yo inclusive he faltado a estas “reglas” en más de una ocasión, no recuerdo desde cuando comenzó, tal vez, es como decía mi psicólogo una inseguridad que me vino desde lo sucedido en mi infancia, la cual, tenía que desafiar a guerra campal y vencerla, la verdad es que no he escarbado mucho al respecto, ni tampoco luché por superarla, o tal vez se deba a que aprendí que el amor es así… o que busco menguar mi inseguridad con palabras bonitas, la verdad no lo sé…

Por ahora he de confesar que he faltado una vez más a estas "reglas"; lo cierto es que me resulta divertido infringirlas de vez en cuando, -me imagino lo que mi madre diría ante esta situación-… pero, no por el gusto dejo de ser consciente de todas las penalidades que conlleva las faltas a estas, seguro que ya llegará el día en que tenga que rendir cuentas, “dicen” siempre se llega el día, mientras tanto… seguiré disfrutando.

… Aún recuerdo las cosas lindas que me decía y que de pronto los nervios lo llevaban a repetir las mismas cosas; confieso que a menudo me parece un niño, dice cosas incoherentes, aunque, algunas de esas tantas palabras penetran en mi y me hacen recordar que soy una mujer con gusto por lo sensual y romántico; el par de horas que disfruto de su compañía y degusto de su piel, su olor y sus exquisitos labios, me hacen olvidar a la mujer que se encarga de llevar todo al corriente, la mujer que es responsable de los altos y bajos, quien no puede jugar a ser niña porque con los que hay en casa basta y sobra…




Con el soy libre de ser mujer y niña. Cuando me libera de responsabilidades yo me dejo envolver y me dispongo por entero para él, sabe distinguir de los mejores momentos mismos que aprovecha para dejarme decidir ¿cómo, cuando y donde? sus brazos fuertes me transportan a lugares indescriptibles, su boca recorre toda mi piel mientras juega con todo lo prohibido, me hace soñar con los ojos abiertos, me hace recordar lo que he olvidado, me hace vivir cuando siento que casi muero.

Si bien, no provoca en mí una adicción, cuando se da la oportunidad no dudo en querer sentir nuevamente su piel contra la mía, tal, que me es fácil escuchar sus fuertes latidos… no es amor lo que nos une, sólo una fuerte pasión, pero cuando estamos juntos eso realmente no importa, porque él me hace sentir bella y yo le recuerdo lo mucho que me encanta mientras desabotono su camiseta, después de esos encuentros en donde siento tocar el cielo... ambos volvemos con más y mejor ánimo a nuestros diferentes mundos llenos de deberes.

viernes, 12 de marzo de 2010

Maldicion era un capricho!!

Sentía tantos deseos de tocar con mis labios los suyos;
aquellas ansias dominaban mi razón,
así que sin importarme nada corrí a su encuentro,
más sin embargo, al tenerlo frente a mi,
su expresion facial y sus labios resecos
mataron aquel apetito.

¿Aun hay tiempo?


Al cerrar mis ojos busco de inmediato tu imagen en mi memoria para recordar tus caricias y permitirles correr a través de mis sentidos; trato de justificar y disculpar mis errores, el no haber soltado mis alas y ceder al tomar tus manos entre las mías siguiendo tus pasos como si fueses mi guía…

Hoy sólo hay vacío en mi interior, sello de mi terquedad de ver más allá, el evitar tropiezos y salir lastimados, por querer ver las cosas de una manera demasiado racional, por no dejar a la imaginación consumar, cerrando las puertas a la pasión negando el placer de lo que fue el presente, pasando por alto que el futuro no está en mis manos; más valía haberme entregado para después llorar la ausencia... pero haber tatuado tus caricias y besos en el alma mía…

Si aún hay tiempo no es mi deseo marcharme para vivir arrepentida, venda mis ojos y toma mis manos, arrástrame hacia tus senderos de gozo, deja penetrado el aroma de tu ser en mi olfato, abrázame fuertemente, que tus brazos queden marcados alrededor de mi cuerpo; no me importa lo que venga, quiero correr el riesgo, por fuerte que sea la tormenta segura estoy de que habrá valido la pena

Susurra un te quiero embriagado de pasión y dejemos consumir el deseo de sentir nuestros cuerpos desnudos, recorramos extasiados nuestro lecho, házme sentir tus labios en cada rincón de la piel, dejáme recorrer tus espacios con mi lengua impregnando marcas imborrables en tu ser, mientras nuestro nombres se graban en los labios y las imágenes en el pergamino de los recuerdos…

Algún día tendré que marcharme y así formar parte de tus más íntimos recuerdos, se que nada es eterno, por ahora, quiero hacerte feliz y tratar de llenar todos esos espacios vacíos que hay en nuestras vidas, desbordar las pasiones, los deseos, y llevar a cabo las más profundas locuras, quiero hacerte sentir mi hombre, quiero formar parte de esos recuerdos memorables que lleguen a ti cada mañana, ser fragmento de esas evocaciones que saquen a tu rostro la más bella de las sonrisas…

Mi más entrañable gratitud por traer momentos bellos a mi vida, sonrisas sueltas sin importar los malos tiempos, por dejarme sentir niña y transportarme a los castillos más hermosos, por dejarme vivir dentro de esa burbuja de alegrías, por brindarme y conferirme tus tiempos y espacio, por tu apoyo incondicional en momentos arduos; y aunque esto pudiese sonar a despedida la realidad es otra. Un brindis por nosotros, un brindis de locura mismo que llevó a mis labios conjuntamente del deseo de que esto perdure a través de los tiempos.

jueves, 11 de marzo de 2010

Asi...


Con los ojos cerrados quiero seguir caminando
unos minutos mientras suspiro,
y es que me da miedo aquello que miro;
con los ojos cerrados mientras suspiro
imaginando mi frente como espejismo

Con los ojos cerrados no tengo miedo al intento
y la sangre esparcida en el espacio es relativo de agua
con los ojos cerrados para no mirarte
mientras me remojo los labios para besarte.

Con los ojos cerrados toma mi mano
mientras me guías por el abismo terrenal
que a mis ojos domina la cobardía
con los ojos cerrados hasta mi final

Pesadillas y Verdades Parte IV

Frecuentemente la horrible pesadilla invadía las noches mientras dormía y los días al recordar los hechos; tuve que acudir con psicólogos, quienes ayudaron en gran parte a que aquellas angustias y culpas fueran desapareciendo; un terapeuta con el cual charlaba ocasionalmente fue quien contribuyo crecidamente aligerando con sus consejos aquel pasado que al recordarlo me torturaba avivando las yagas; me era complicado hablar del tema y aquella culpa no me dejaba tranquila. Discurrí con el tiempo que si tal situación laceraba tanto mi estado emocional lo mejor era tratar de darle la vuelta a los recuerdos, en cierta forma evadirlos, así he vivido ya tantos años practicando aquello que suponía me funcionaba de maravilla, si no recordaba, no lastimaba; pero, al hacer conciencia de muchos de mis actos –aunque no trato de justificarlos- me he dado cuenta que por más que ignore los recuerdos siguen ahí, haciendo lo suyo, e inconscientemente de ello están pudriendo mi alma. El primer psicólogo con el que asistí me dijo que si sacaba todo lo que sentía, si lo platicaba, ayudaría bastante a solucionar el problema, pero, jamás me atreví a contar todo lo sucedido, me avergonzaba hablar del tema y admitir algunos hechos, si se daba la oportunidad de hablar del tema me reservaba gran parte, la cual había estado enterrada dentro de mí, he vivido los últimos años tratando de fingir que ya no pasa nada.

Hace un par de días decidí que tenía que hacer algo en beneficio de todo lo insano que me ha ocurrido y con ello tener la oportunidad de crecer y ser mejor ser humano, mi familia lo merece… yo lo merezco; quiero quitarme esta careta de felicidad y que sea esa la que mi rostro muestre y no la que oculto debajo de ella de la pena que me envarga, no sé qué tan beneficioso o perjudicial sea esto, pero no quiero rendirme ante la posibilidad, quiero avanzar de este sitio donde he quedado estancada, ¿creceré o me hundiré más en el fango?, no lo sé, pero segura estoy de que trabajaré duro superar mi pasado y suprimir el veneno... ademas consciente soy de que ante peores situaciones he sobrevidido.

miércoles, 10 de marzo de 2010

Pesadillas y verdades Parte III

Cuando él tenía cerca de 2 o 3 semanas preso tuve que prepararme para verlo de frente y señalarlo como culpable, la verdad estaba muy confundida, dentro de mi corazón no existía odio, por ende no le deseaba ningún mal y la idea de imaginarlo preso por varios años tampoco me tranquilizaba, lo que yo quería era que él se fuera lejos, que se apartara de mi y de mi familia, desde que se caso con mi madre consumía drogas y estas le habían enfermado, cometía cosas aberrantes y se había convertido en un ser perverso e insoportable. Un día antes de asistir a los tribunales mis abuelos paternos visitaron a mi madre, mi abuela estuvo durante varias horas hablando con ella, cuando se fueron mi madre habló conmigo, entonces entendí la razón de la inesperada visita, me pidió que dijera que todo era mentira, que ellos discutían continuamente y que ella por el resentimiento que sentía me había pedido inventar todo.
-obviamente el que no existiera violación aparente haría que las cosas estuvieran a favor de aquella falsedad- algo confundida termine aceptando. Tal vez entre tanta hipocresía la única verdad era que no disfrutaba de la situación en la que me encontraba, quería que las cosas terminaran, ya no quería continuar faltando a clases y rodando de un lugar a otro donde seguramente me volverían a preguntar sobre aquel suceso, cosa que, comenzaba a ser detestable.

Así fue como frente a mi padre y al juez dije cada una de las palabras que mi madre me había repetido una y otra vez; él salió libre y después de un par de semanas mi madre lo perdono y efectivamente... regreso a casa. No puedo describir la gran confusión que sentí en aquel momento, no entendía la razón por la cual mi madre lo aceptada nuevamente en casa, ¿Acaso lo que había hecho realmente no era tan malo?, ¿Por qué lo admitió de nuevo?, ella se justificó diciendo que no podía sola con nosotros, que éramos 4 bocas que mantener y qué ¿Qué haríamos solos? y bla bla bla, pero ¿Realmente era eso?, si mi padre sólo causaba más problemas, continuamente estaba en casa porque no tenía trabajo y si lo tenía siempre se metía en líos, pero a pesar de no estar de acuerdo con aquello, a pesar de la situación tan confusa, no tenía otra opción sólo tratar de soportar.

Hubo muchos juramentos -jamás volverá a ocurrir, las drogas ya se terminaron, trataré de ser mejor esposo y padre.- decía con la voz quebrantada, yo tenía mis dudas, sin embargo, con el tiempo se fueron dispersando.

Casi 4 años habían pasado de aquella confusa y agobiante trama, era 1ero de mayo y mi madre a solicitud de la empresa donde laboraba había tenido que asistir al desfile por el día del trabajo; un día antes habíamos asistido a la boda de uno de los hermanos de mi padre, así que me sentía algo desvelada, mi padre estaba en casa –algo que comenzaba nuevamente a ser común- también un primo de él quien había pasado ahí la noche, después de terminar en casa con las labores de limpieza mis hermanos fueron a jugar futbol a una cancha que estaba relativamente cerca; ya no necesitaba estar acompañada mis miedos habían desaparecido, además, tenía bastante sueño y me sentía muy cansada así que me recosté en la parte baja de la litera donde no tarde en conciliar el sueño, de pronto, sentí que alguien me movía.
-Levántate y vete al cuarto, aquí está tu tío y no es correcto. Me dijo mi padre en voz baja.
Sin decir palabra me puse de pie y fui al cuarto de mis padres donde nuevamente no tarde en quedar profundamente dormida, hasta que sentí que alguien estaba tocándome, entreabrí mis ojos y con horror descubrí que era él, otra vez él, mis lagrimas comenzaron a ser eminentes,
-Me mintió a mí y le mintió a mi madre ¿Por qué?- repetía en mi mente, suplique con toda mi alma que si existía alguien grande y con poder suficiente me ayudará, con los ojos cerrados y la mandíbula apretada, imploré,
-No me dejes sola, por favor, no otra vez.-
De pronto se escucharon fuertes golpes que provenían de la puerta de entrada a la casa, mi padre se levantó rápidamente y fue a abrir, mientras yo solté en llanto mientras me vestía,
-¿Te pasa algo?- Pregunto el más pequeño de mis hermanos que se encontraba inesperadamente en la puerta de la habitación.
Yo no podía responder, había algo que apretaba mi garganta y no podía articular palabra, las lágrimas comenzaron a rodar hasta empapar mis mejillas.
-¿Qué te pasa?- Pregunto mi hermano con insistencia
-Nada, nada ¿Por qué?; ¿Qué traes ahí?- le pregunte al ver que tenía algo entre sus manos.
-Es una piedra, creí que la necesitaría.-
-Necesitar ¿para qué?
Entonces fue que me contó
-Estaba jugando futbol, de portero, entonces sentí que algo malo te ocurría, clarito escuche como una voz me decía que viniera a casa porque algo malo pasaba, así que sin explicarle nada a Lorenzo y Francisco tomé una roca y corrí hacia la casa.
La verdad parecía de locos, ¿cómo podía ser que de la nada escuchara una voz?, que alguien le advirtiera sobre lo que me estaba pasando, aunque me era difícil creer o entender lo que mi hermano me contaba, sólo había una causa que en lo particular explicaba lo sucedido.
-Entonces, si me escuchaste!!, no me dejaste sola.- Pensé

Recuerdo que mis hermanos llegaron unos minutos después y mi padre salió de la casa, y regresó un poco antes que mi madre, nosotros estábamos recién bañados y vestidos ya que aquella tarde iríamos a visitar a mi abuela materna.
Entré a la habitación de mis padres para preguntarle a mi madre si ya nos íbamos, él se encontraba sentado en la cama, entonces fue que, su mirada y la mía coincidieron, mientras que en su rostro se dibujaba aquella sonrisa diabólica –la cual veía como burla y me hacía sentir humillada, su maldita sonrisa pisoteaba la poca dignidad que me quedaba, todo lo demás ya me lo habían arrebatado, ya no tenía inocencia, ni infancia, ni tranquilidad, ni felicidad, ni nada que pudiera brindarme en aquel tortuoso momento un poco paz- mi madre termino de maquillarse y salimos de la casa.

En el camión, camino a casa de mi abuela, sentía que todo me daba vueltas, las nauseas no tardaron en hacer acto de presencia, y las lagrimas llenaban continuamente mis ojos para después desbordar y rodar sobre mis mejillas, mi madre no se percato de aquello pues yo estaba completamente con la vista a la ventanilla. Pero al bajar mientras caminábamos hacia con mi abuela,
-¿Y a ti que te pasa?
-Nada.- Conteste con tono agresivo.
-¿Cómo nada?, si se nota que tu traes algo, dime qué te pasa.
-Ya te dije que nada!!-
Entonces se detuvo, me tomó de un brazo y me miró de frente.
-¿Me vas a decir qué es lo que te pasa?
Entonces, aquella impotencia de cuando niña, aquella inocencia se volvió coraje y casi con grito detonante expulse aquellas palabras,
-Mi padre me tocó, lo hizo nuevamente y yo no voy a regresar a la casa, le voy a contar todo a mi abuela y le voy a decir que me quiero quedar con ella.-
-Haber, haber, tranquilízate, en casa de tu abuela hablamos pero, con ella no puedes quedarte, mi madre tiene cosas que hacer y no se puede ocupar de ti.
Así fue que mis 2 madres (mama y abuela) hablaron, yo ya no regresé a casa, mi madre habló con mi padre, quien se fue de casa, y un año después mi madre se fue al extranjero empujada por la falta de dinero para mantenernos –o al menos eso quiero creer- quedamos mis 3 hermanos y yo viviendo en casa de mi madre con mi abuela –quien fue para nosotros la luz, en la oscuridad-

Después de esta escena siempre despertaba, estremecida, confundida y con mi autoestima por los suelos, preguntándome ¿qué tanta culpa tuve de esto?, cargando con la parte que, por un gran tiempo, consideré me correspondía.

lunes, 8 de marzo de 2010

Pesadillas y verdades Parte II

Después de lo anterior se abrían una sucesión de escenas bastante complicadas en las que se venían tiempos difíciles.


Ese día lo detuvieron y mi madre y yo íbamos también en esa camioneta llena de policías, él en la parte trasera custodiado por un par de esos uniformados que mas allá de brindarme confianza y protección, me causaban pánico… tal situación me hizo recordar aquella vez en la que Él intento nuevamente golpear a mi madre; mis hermanos y yo horrorizados en un rincón de la sala la cual, a pesar de lo pequeña que era en esa ocasión se sentía inmensa, como si nos hallásemos en una isla lejana donde nos era imposible ir al rescate de mi madre…
- Vayan a llamar a los policías, ya no le teman más a este hombre, hijos por favor.- gritaba mi madre.
Nosotros que nos sentíamos tan lejanos a causa de nuestro temor y cobardía, hablábamos sobre la idea de salir en busca de ayuda.
-Ve tu.- le decía a mi hermano mayor.
-Nooo y que tal que si me voy y la mata!!.- respondió asustado.
-Es que yo tengo mucho miedo, no sé qué decirles a los policías, y si no vienen y después Él me golpea.- mientras en mi cara se figuraba una gran angustia.
Sin articular palabra mi hermano el que le seguía al mayor, fue el héroe de aquel acontecimiento, se levantó y descalzo corrió a la delegación que se encontraba a unas cuantas cuadras de mi casa; después de unos minutos - que para nosotros los sometidos a ese infierno visual donde la trama era Él, ofendiendo a mi madre y amenazándola de golpearla, fue el lapso de espera más grande que hayamos experimentado – llegaron esos tipos uniformados quienes entraron apuntando con sus metralletas, Él se encontraba brincando sobre los la puerta de un guardarropa, la cual, minutos antes había desprendido de un golpe.
-Señora, cuénteme ¿Qué es lo que pasó?- pregunto uno de ellos
-Es que está amenazando con golpearme.- contesto mi madre titubeante.
-¿Y la golpeo?
-No sólo amenazaba con hacerlo; mis hijos están muy asustados.- mientras ellos volteaban a vernos con cierta indiferencia.
- Vamos a proceder a llevarnos a este tipo, ¿quiere acompañarnos para levantar una denuncia en su contra?, aunque lo más seguro es que salga libre mañana ya que no hay señales de golpes o agresión.
-¿Qué maldita señal de agresión esperaban?, acaso, ¿Ver a mi madre llena de golpes o al borde de la muerte?, malditas autoridades, malditas leyes, como sentirnos resguardados cuando vivimos dentro de un sistema de seguridad y leyes mediocres.- Me pregunté y me sigo preguntando en infinitas ocasiones.
-Aquella noche, supongo que mi madre no pudo dormir pensando en que mi padre saldría a otro día hecho un demonio – cosa que no le costaría trabajo - y trataría de vengarse por lo ocurrido.

Quizá en aquellos recuerdos se infundaba mi temor, ni siquiera tenía idea de cómo era aquel lugar a dónde nos dirigíamos pero me imaginaba que era un lugar escalofriante y eso sembraba más pánico, mi madre me dijo que cuando llegáramos a los separos tenía que describir de nuevo todo lo que le había platicado ese día por la mañana, y así fue que tuve que decir lo que mi “Padre” hizo no sé cuantas veces, tuve que ir a revisarme con médicos para ver si existía violación, cosa que, afortunadamente nunca sucedió (de hecho creo que fue lo único que le hizo falta hacerme y recuerdo que jamás me golpeó, con excepción de una ocasión en la que él descargaba toda su ira a golpes contra mi madre, yo parada frente a ellos me sentí bloqueada, sin saber qué hacer, entonces, corrí a abrazar a mi madre y parte de los golpes me tocaron a mí, el estaba como loco, creo que nisiquiera alcanzaba a darse cuenta de la magnitud de sus golpes y acciones. Recuerdo que anterior a eso una vez mi madre le reclamó porque sólo golpeaba a mis hermanos y a mí nunca me alzaba la mano, si mi madre supiera porque mi padre nunca me golpeba y que yo hubiera preferido que dejara marcada mi piel con sus golpes y no mi alma con sus actos), también me llevaron a los juzgados donde tuve que reseñar nuevamente lo ocurrido; aquello acaparó las primeras planas del periódico, así que, a primera hora del día siguiente mi nombre y apellido se gritaban a los cuatro vientos, como si aquello fuese una hazaña; fui señalada por no sé cuánto tiempo, los vecinos de mi colonia en su mayoría sabían lo sucedido y me miraban con pena, otros con horror y yo los miraba con ignorancia, no sabía porque me miraban así, no entendía con claridad la gravedad del asunto.

Ahora es que detesto la prensa amarillista ya que no aportan mucha luz, sino, todo lo contrario, si tuve la gloriosa oportunidad de zafarme de toda esta mierda y que con el paso del tiempo pudiera recordar los hechos sin llevarme un trago amargo, aquellos periódicos que carecían de seriedad y que en particular los considero "vividores de las desgracias o penas ajenas", lo estropearon todo, hablaban de una “violación” entre otras tantas barbaridades, contribuyeron en pudrir mi infancia, pero bueno, ellos lograron vender unos cuantos periódicos… además de que la ignorancia o carencia de cultura que predomina en “la sociedad” contribuyó a que aquella noticia que causaba sensación atrajera como imán (“el chismorreo es lo primero”), más que aquel pedazo de hoja con aquellos textos que ponen a trabajar el cerebro; así, fui presa de mi padre, de mi madre que no supo manejar la situación con valor o simplemente le gano “el amor”, de la sociedad que me señalaba sin saber, sin entender, y de mi inocencia al creer que nada de lo que me rodeaba era malo, de mi falta de educación y entendimiento; y del asqueroso amarillismo utilizado para vender y no para brindar algún beneficio, lo cual debería ser prioridad, pero en fin... que se puede esperar de un mundo donde se nos educa a ver las cosas con el signo de $$$.

viernes, 5 de marzo de 2010

Pesadillas y verdades Parte I

Por fortuna hace un buen de tiempo que no tengo esas terribles pesadillas, esas en las que me veo de pequeña sentada en ese tronco a mitad del extenso terreno que utilizaban para cosechar mis padres, la casa en que vivíamos pertenecía a mis abuelos paternos y más bien parecía una quinta o hacienda por lo enorme que era; tendría si acaso tres años, mi mamá dentro de la casa platicando con Felicia su comadre y mi padre conmigo sentada sobre sus piernas, frente a nosotros mi tío Rodrigo quien fumaba con mi padre esos cigarros de hierba que dejaban un olor penetrante, recuerdo como hablaban de cosas extrañas o que al menos para mi edad resultaban muy poco interesantes y entendibles. Sin decir nada mi tío se levantó y se alejo entre los matorrales, de pronto, entre esa oscuridad nocturna alumbrada por la nítida luz proveniente del interior de la casa… mire el rostro de quien dibujaba esa risa maquiavélica que siempre despertaba en mi una angustia y miedo indescriptible, después entre la sensación de terror que experimentaba el ver aquel rostro diabólico sentí una mano que recorría mis piernas y sin titubeos se dirigía directo a mi entrepierna, misma que comenzó a tocar sin freno, me vi acorralada y con temor, pero no hice nada, no dije nada, después de unos minutos, sentí una gran necesidad de orinar, así que sin decir nada di un salto y corrí al baño, y al bajarme las pantaletas… con sorpresa mire que frente a mi estaba él, inmóvil, mirándome, sólo mirándome, yo era muy pequeña, pero creo que suponía que nadie tenía que mirarme mientras hacía mis necesidades.
- Sal de aquí, es que quiero orinar.- le pedí; de nuevo esa sonrisa malévola se dibujo en su rostro.
-No hay problema en que yo te mire, además esto es algo “normal”.
A mi corta edad creí que él tenía razón, además era mi héroe, no podía estar equivocado, no sería capaz de mentirme…

Repentinamente una nube oscura invadía mi sueño y daba paso a otro cuadro teatral donde nuevamente me veía como parte del elenco, la escena pintaba de día, lo deducía por lo brillante de las luces que traspasan los ventanales; mi madre lavaba la losa fuera de la casa, y yo me veía debajo de lo que parecían ser un par de cobijas, tapada de pies a cabeza y con esa horrible mano tocando mi entrepierna, me veo un poco mayor, de aproximadamente 6 años, pero parece que las cosas no han cambiado mucho; he de confesar que aquello comienza a parecerme algo natural, esa mano tocando mis partes ya me es familiar y es horrible admitirlo pero no sé si me gusta, esas sensaciones que provoca en mi son agradables.
-Tócame.- me pide, y yo tomo aquello con mis manos,
- Con tus manos no, con tu boca,
- Pero es que no quiero, me da asco.
-Acaso no quieres ser una buena niña, ¿no me quieres?, anda tócame.- repite con insistencia. No quiero ser una niña mala y no quiero que él piense que no lo quiero, así que llevo mi boca hacia aquella cosa.
Así, pasan unos minutos cuando… mi mamá entra a la casa y él cierra los ojos y deja de moverse para parecer que está dormido, dudo mucho que mi madre sospeche lo que pasa, después él se levanta y me da unas monedas.
Una sonrisa se dibuja en mi rostro; supongo que aquello de las monedas me provocó alegría.
-Puedo aguantar el asco que me provocó el sentir aquella cosa en mi boca, ser una buena niña para que el no deje de quererme y tener dinero para comprar dulces.- pensé.

Después de esto nuevamente surgía esa nube oscura que me transportaba a otra escena; en la cual, veo una casa diferente, muy pequeña a comparación de la anterior, y yo de aproximadamente 11 años, pareciera ser de noche, todos duermen, (o al menos eso creo) me encuentro en la parte alta de una litera y mis hermanos Lorenzo y Francisco en la parte baja; alguien se acerca, cierro los ojos impulsivamente; los pasos suenan a un costado de mi, tengo miedo, hay demasiado silencio, después esos mismos pasos se alejan un poco, han encendido el televisor y entreabro los ojos para ver como él toma una cobija la cual extiende en el suelo y se recuesta
- Vaya alivio!!.- Pienso.
Si acaso tuviera la más mínima idea de lo que va a suceder, me insultaría por lo estúpida e inocente que soy.
Pasado un rato me dejo abrazar por Morfeo… no pasa mucho tiempo cuando siento que alguien tira de mis pies, me está bajando y yo ya no quiero,
-Dios no por favor, no quiero que me toque, no dejes que me toque. He descubierto que lo que él hace no es sano y me siento muy confundida. Retumban como eco estas palabras en mi mente.
Continuo con los ojos cerrados para parecer dormida, no me gusta que él me pida tocarlo, así que, nunca abro mis ojos, por más fuertes que sean los jalones, lagrimas comienzan a rodar por mis mejillas, y una confusión enorme provocada por su boca y sus manos tocándome y la sensación agradable que causan estas en mi, y la idea de saber que aquello es algo horrible, algo mundano y que jamás, jamás debí permitir que continuara haciéndolo, pero ahora tengo miedo, él es muy malo, muy malo y tengo miedo.
Así transcurre la noche y pierdo el sentido del tiempo, para quedar no sé en qué momento, dormida.
Al despertar veo que él esta por salir a trabajar, bueno siempre nos hacía suponer eso, aunque regresará sin un peso a casa.

-Mi madre hoy no trabajó, eso me alegra mucho y me gusta que este en casa con nosotros.- Pienso. Una gran sonrisa se dibuja en mi rostro, hasta que veo a mi madre llorando y me acerco.
-Porque lloras madre, ahora que te hizo, te ofendió, te lastimó, por favor dime.
-Hija, dime la verdad, que es lo que él te hace, ayer por la noche me levante porque tenía sed y lo vi.- Rompió llorando y gritando.
-Dime hija él te toca
-No mamá, nooo, te has equivocado.-Las lagrimas comienzan a llenar mis ojos.
-No tengas miedo hija, yo te voy a proteger, lo vamos a denunciar, pero tienes que decirme lo que paso.
Muchas ideas comienzan a llenar mi mente, los recuerdos, mi madre llorando, la idea de imaginarlo preso, pero, puede que eso sea la solución, no quiero que me siga tocando.
-Si madre, vamos hacerlo, yo ya no quiero seguir con esto, y no quiero que tu sigas llorando, por todo lo que él nos hace.

jueves, 4 de marzo de 2010

Mascaras...

Me encontré esta mañana sola en la oficina, sin mucho por hacer y he de confesar que con pocas ganas de hacer... entonces fue que mi mente comenzó a divagar, es algo que ocurre muy a menudo, pero en esta ocasión no había nada que la detuviera, por lo menos dentro de los próximos tres cuartos de hora; a veces el hecho me fascina… me gusta imaginar, soñar y crear mis propios mundos, esos mundos paralelos al presente donde puedo ver las cosas de modo diferente, donde puedo por breves momentos escapar de éste, volar, correr y disfrutar para después volver, pero hay ocasiones en que el merodear y escudriñar en mi mente sólo me llena de sed, sed de saber más, de descubrir y entender, así fue que comenzaron las preguntas; ¿Quiénes somos en realidad? y siendo más precisa ¿Quién soy yo?, se que me llamo Monserrath, así lo eligieron mis padres... ¿pero realmente quién soy?... soy quien pienso que soy o he terminado por creer que soy quien creen que soy...

Pocos creen que me conocen y muchos saben escasas cosas sobre mi… y en realidad creo que no existe quien muestre su verdadera personalidad, esa que fuimos adquiriendo desde el instante en que "despertamos en este mundo" o más claro "desde nuestro nacimiento"… y después de los múltiples sucesos ocurridos a lo largo de nuestra estancia en esto a lo que muchos le llaman planeta tierra, se fueron forjando y puliendo cada una de nuestras cualidades hasta formar nuestra identidad esa que personificamos para mostrar a los demás, y que indudablemente pocos seremos capaces de mostrar con claridad o por completo a una persona en particular; porque hemos aprendido a vivir con mascaras, esas mascaras que nos ayudan a esconder todo aquello que para la sociedad no es bien visto, o aquellas cosas que laceran nuestra existencia… así es que, por cuestiones morales viviremos mutando nuestra personalidad y mostrando nuestras diferentes mascaras; al esposo una, a los amigos otras, a los familiares y vecinos otra… a los encuentros casuales otra (es gracioso pero hay quienes muestran en estos casos con mayor libertad su personalidad creyendo que tan solo están fingiendo ser quienes no son), y esto es debido a que con ciertas personas y según el momento sentiremos mayor libertad de ser quienes realmente somos, ¿llegará aquella persona con la que puedas desnudar tu alma y mostrar tu interior?, sabiendo que no habrá más armas para defenderte y que quedaras inmune a cualquier juicio, o señalamiento que haga aquella persona, que puede inclusive tener poder sobre ti; por lo menos en mi caso no he encontrado a esa persona, aquella a la que le permita ver mis monstruos internos y todas mis metamorfosis, aún no conozco a esa persona a la que desee mostrarle mi alma al desnudo… y he de confesar que la idea me causa un poco de temor, por lo pronto, encontré este refugio, donde puedo ser "yo" sin mascaras, no sé que tanto beneficio me traiga o que tan perjudicial pudiese llegar a ser, por el momento me quedo con la sana idea de que esto puede ayudarme a encontrarme a mí misma y que al mirarme frente al espejo de mis letras pueda descubrir mi verdadero rostro.