Y después de tantas lunas y tantos soles descubrí que era tanta mi preocupación por encontrarme... que me perdí en el camino...

Y tu.. ¿Ya me has encontrado?



jueves, 18 de marzo de 2010

La línea delgada entre el egoísmo y la aventura

En ciertas ocasiones me resulta lamentable el tener que seguir el margen de las reglas sociales y todas sus cuestiones morales, aunque, me queda claro que si no fuera por "las reglas" se armaría un gran lío...

Yo inclusive he faltado a estas “reglas” en más de una ocasión, no recuerdo desde cuando comenzó, tal vez, es como decía mi psicólogo una inseguridad que me vino desde lo sucedido en mi infancia, la cual, tenía que desafiar a guerra campal y vencerla, la verdad es que no he escarbado mucho al respecto, ni tampoco luché por superarla, o tal vez se deba a que aprendí que el amor es así… o que busco menguar mi inseguridad con palabras bonitas, la verdad no lo sé…

Por ahora he de confesar que he faltado una vez más a estas "reglas"; lo cierto es que me resulta divertido infringirlas de vez en cuando, -me imagino lo que mi madre diría ante esta situación-… pero, no por el gusto dejo de ser consciente de todas las penalidades que conlleva las faltas a estas, seguro que ya llegará el día en que tenga que rendir cuentas, “dicen” siempre se llega el día, mientras tanto… seguiré disfrutando.

… Aún recuerdo las cosas lindas que me decía y que de pronto los nervios lo llevaban a repetir las mismas cosas; confieso que a menudo me parece un niño, dice cosas incoherentes, aunque, algunas de esas tantas palabras penetran en mi y me hacen recordar que soy una mujer con gusto por lo sensual y romántico; el par de horas que disfruto de su compañía y degusto de su piel, su olor y sus exquisitos labios, me hacen olvidar a la mujer que se encarga de llevar todo al corriente, la mujer que es responsable de los altos y bajos, quien no puede jugar a ser niña porque con los que hay en casa basta y sobra…




Con el soy libre de ser mujer y niña. Cuando me libera de responsabilidades yo me dejo envolver y me dispongo por entero para él, sabe distinguir de los mejores momentos mismos que aprovecha para dejarme decidir ¿cómo, cuando y donde? sus brazos fuertes me transportan a lugares indescriptibles, su boca recorre toda mi piel mientras juega con todo lo prohibido, me hace soñar con los ojos abiertos, me hace recordar lo que he olvidado, me hace vivir cuando siento que casi muero.

Si bien, no provoca en mí una adicción, cuando se da la oportunidad no dudo en querer sentir nuevamente su piel contra la mía, tal, que me es fácil escuchar sus fuertes latidos… no es amor lo que nos une, sólo una fuerte pasión, pero cuando estamos juntos eso realmente no importa, porque él me hace sentir bella y yo le recuerdo lo mucho que me encanta mientras desabotono su camiseta, después de esos encuentros en donde siento tocar el cielo... ambos volvemos con más y mejor ánimo a nuestros diferentes mundos llenos de deberes.

1 comentario:

  1. Nunca me detendo a leer ñoñerias de "amor" de parejas y de cuanto tocan el cielo por que no me incumbe y todos los relatos suelen ser tremendamente soporíferos. Pero mira, hoy lo he hecho. Será por que no ha sido tan malo, como lo que me he acostumbrado a ver en cada triste y aburrido blog por el que pasé. Pero tampoco tan bueno. Supongo que es la mera curiosidad alimentada de saber que alguien se ha detenido a leerme a mi antes.

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