Una de esas tantas adicciones nocivas en mi vida eres tú…constantemente acudo con la idea de consumirte por última vez,me adhiero a ti creyendo que será “debut y despedida”me entrego y me lleno de sentimientos encontrados que tiro a la basurapara así besar tus labios sin aquella penumbra en la conciencia.
Y dejo nuevamente que tus manos recorran mis caderasmientras pasas cada uno de mis cortos dedos por tu bocay yo juro que será la última vez; de nuevo tus labios en mi piely a la sazón provocase la idea de que pueda ser la penúltima vezo una vez más, porque tú, tus caricias y tu manera hábilde envolver, crean adicción volviéndote un fármaco indispensable.
Y de nuevo esa impertinente duda de saber si a ti te pasa como a mísi disfrutas de mi piel, de mi energía, de mi ímpetu por probarte una vez máso si tan sólo me miras arrogante y disfrutas de aquel instante para luegoser de nuevo tú, sin mi piel, sin mis respiros, sin mi alientoy juegas ese papel de “hombre atento e intachable” y me olvidas y recuerdas a tu gusto y deseo presumiéndome siempre a tu merced.
En la etapa de transición trato de contener mis deseos de consumo,intento apartar la idea de que soy la víctima y tú el perseguidor…me abofeteo y grito con fuerza ya basta!! No más,hasta que entra una tentadora llamada… me digo a mi misma.-que débil, que cobardía…Trato de inmediato neutralizar ideas para reparar en que nuevamente me he dejado vencer. Y entonces sutilmente te respondo...
.-Dejemos que las sustancias toxicas hagan su trabajo, tal vez me dejen un resquicio de salud mental.
Y dejo nuevamente que tus manos recorran mis caderasmientras pasas cada uno de mis cortos dedos por tu bocay yo juro que será la última vez; de nuevo tus labios en mi piely a la sazón provocase la idea de que pueda ser la penúltima vezo una vez más, porque tú, tus caricias y tu manera hábilde envolver, crean adicción volviéndote un fármaco indispensable.
Y de nuevo esa impertinente duda de saber si a ti te pasa como a mísi disfrutas de mi piel, de mi energía, de mi ímpetu por probarte una vez máso si tan sólo me miras arrogante y disfrutas de aquel instante para luegoser de nuevo tú, sin mi piel, sin mis respiros, sin mi alientoy juegas ese papel de “hombre atento e intachable” y me olvidas y recuerdas a tu gusto y deseo presumiéndome siempre a tu merced.
En la etapa de transición trato de contener mis deseos de consumo,intento apartar la idea de que soy la víctima y tú el perseguidor…me abofeteo y grito con fuerza ya basta!! No más,hasta que entra una tentadora llamada… me digo a mi misma.-que débil, que cobardía…Trato de inmediato neutralizar ideas para reparar en que nuevamente me he dejado vencer. Y entonces sutilmente te respondo...
.-Dejemos que las sustancias toxicas hagan su trabajo, tal vez me dejen un resquicio de salud mental.
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