La verdad no peca, pero incomoda.

¿Con que te quedarías? Con una verdad que te traiga desamparo, heridas difíciles de sanar, obstáculos, una obligada metamorfosis, un golpe en el alma y la conciencia; una verdad difícil de soportar al grado de casi volverte loco…

O una mentira bien manejada, una en donde vives un mundo como tú lo quieres vivir, vez las cosas que quieres ver, sientes lo que quieres sentir… así es el mundo real, sumiso en las fantasías, donde en su mayoría la gente se acostumbra a mentir que es lo mismo que ocultar la verdad de las cosas, estamos acostumbrados a ocultar la verdad para obtener a cambio la aceptación de las personas… como dicen, la verdad no peca, pero incomoda.

Mentir por cobardía, mentir por placer, mentir por la pereza de no caer en discusiones, mentimos de todo y por todo, quien dice que no miente está mintiendo, todos mentimos a medida (mentiras pequeñas o grandes mentiras) pero a fin de cuentas la acción es la misma, pero así es que nos han enseñado a conseguir las cosas, y así es como seguimos practicando el arte de conseguir la aceptación de los demás, inclusive la propia…

Pero, y cuando la verdad sale a la luz, cuando eres atrapado con el AS bajo la manga, viene la frustración y con ello se consigue totalmente lo contrario a lo pretendido… y ganarse nuevamente la confianza es un trabajo sumamente complejo.

A menudo me veo atrapada entre mis verdades y mentiras, las verdades que me han dejado ante una postura no deseada, aunque puede que más que la verdad es mi falta de tacto para decir las cosas, la falta de sensibilidad para decir lo que pienso y siento, a menudo resulta que aquello aleja a personas (seguramente insanas) de mi, al final sólo unas cuantas se quedan ahí, listas para mi, entregadas para mí.

Creo que no sólo las mentiras pesan, si no también algunas verdades… pero en tanto salen a relucir se ve uno meramente aliviado…