Y después de tantas lunas y tantos soles descubrí que era tanta mi preocupación por encontrarme... que me perdí en el camino...

Y tu.. ¿Ya me has encontrado?



viernes, 9 de mayo de 2014

Querido mío (aunque, aún, nada mío)

Perdóneme el atrevimiento de estas líneas y… aunque puede que no sean leídas, no le juzgaría por ello, ya que aún no tenemos el gusto de conocernos; pero, si entre su cansado día le sobra un momento, tomé asiento y permítame recrear uno de esos días sin usted…

Desperté pasada la hora (5:20am), algo casi habitual, tuve que apresurarme para no salir tarde, encendí el reproductor y entre Tomorrow never diez de Sherl Crow y Runruneando de The Joy Formidable terminé de vestirme… Ya en el autobús, como es común, me esperaba el asiento que da a la ventanilla desde donde pueden observarse los diferentes recuadros que dibujan las calles a través de la anchura de los sucios vidrios, así, entre avenidas, bullicios y ajetreos crucé los 3 municipios del estado, lo que me dio tiempo suficiente para pensar y para hacer más largo el tedio; ya caminando hacia el trabajo volví mi mirada al cielo, las nubes sombrías y acumuladas no dejaban asomar la luz del sol (“aire melancólico y a la vez adictivamente placentero”, será un buen día – pensé –, pues las lluvias suelen dejar una brisa de inspiración para las personas como él), al llegar a la oficina me esperaba lo ya común, un escritorio inundado de papeles; subí por mi taza de café mientras terminaba de encenderse el monitor, bajé y eche un vistazo a Insomnio y disfruté la bebida acompañada de sus letras (esas que me atrapan y que tanto saboreo; usualmente me reservo la opción de opinar al respecto o dejarle alguna nota, sólo observé como cada día, a la distancia), al terminar, me sacudí un poco la mente para continuar el día. En casa continué con la redacción de los documentos que eran necesarios para ayer, así es la vida en la oficina “todo es para ayer”.

Ya pasadas las 8pm me metí a la ducha y después cené algo, (nada ligero, para variar), mi día empapado de momentos convencionales y monótonos terminó con un par de minutos frente al monitor en “Insomnio” y con una taza más de café, hasta que mis ojos no podían más… me fui casi a rastras a la cama. A otro día despertar ya pasada la hora… lo habitual.

Sabe usted, frecuentemente me imagino el cómo será cuando tenga el arrojo de escribirle, y me pregunto si mis días terminaran diferentes?, si ya para las 10pm mi panorama cambiará iluminando la noche y los minutos comenzaran silbantes a bailar, mientras la línea recta dibujada por mis labios comenzará a curvarse y mis ojos delirantes leerán un mensaje suyo “buenas noches…”, unos minutos o segundos charlando con usted serán suficientes para irme a la cama no sé si flotando, no sé si soñando, pero seguramente terminará ente sonrisas y estremecimiento de vísceras que le darán un poco de sabor a mis insípidos días.



No hay comentarios:

Publicar un comentario