Y después de tantas lunas y tantos soles descubrí que era tanta mi preocupación por encontrarme... que me perdí en el camino...

Y tu.. ¿Ya me has encontrado?



jueves, 10 de junio de 2010

¿Qué hacer cuando una situación de dos pende de un hilo?


Pudiera simplemente marcharme, han sido ya tan diversas las ocasiones que comienzo a sentirme exhausta, mis ánimos están pereciendo, me siento triste por dentro aunque mi careta pinte felicidad… lo cierto es que ya no se me complica tanto el esconder lo que traigo dentro; tu no lo sabes porque aun me siento tan cobarde para mencionarlo, por ello es que lo he callado, no sé si es confusión por la decepción como la vez anterior, o si es que ya no te quiero.

Y entonces me pregunto... ¿Cómo decirte todo esto ó mejor dicho lo poco que siento, a ti quien ha sido mi cómplice? A quien ha sido mi mano derecha, mi amigo, mi todo, ¿Cómo decirte que tus besos no me saben, y que tus caricias me calan?, ¿Cómo te digo? si me duele el tan sólo sentirlo; advertir el quebranto de esta faceta me entristece desde el mismo instante que sé que los implicados somos “nosotros” somos tu… yo.

Es una situación tan compleja que me sofoca, que me presiona el pecho y comienza a ser tan difícil respirar… nos sentamos de frente, charlamos, prometemos cambiar y que las cosas tendrán que mejorar –suponemos–, la realidad es que las cosas continúan igual, y mis esperanzas de mejorar la situacion comienzan a marchitarse, y de nuevo me abrazas y me dices tantas cosas y quisiera sentirlas en mi corazón pero no siento, no escucho y me llega la culpa.

Quiero hacer algo para ayudar a subsanar las heridas, quiero relajarme, quiero entenderte, quiero escucharte; y si te escucho tal vez tu me escuches, si te entiendo tal vez tu me entiendas y entonces las cosas mejoren.

Lo que tengo claro es que No quiero marcharme sin luchar, sin haber hecho todo lo posible por hacer “clic”, no para engancharnos, sino para encajar el uno en el otro, modular nuestras actitudes de tal manera que complementemos una pareja dispuesta a mejorar en conjunto y de vivir en un entorno prospero donde rijan la estabilidad, la comprensión y la alegría para nuestra familia.

Entonces ¿quieres sentarte de nuevo?... hablemos, y luchemos una vez más… ¿Quieres?

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