Cierro mis ojos y la imagen inmediata a mi pensamiento es la de tu mano tomando la mía, fue tal la delicadeza que apenas si sentía el roce; enseguida te alejaste y nuestras manos se fueron soltando poco a poco fue entonces que experimente algo curioso, como si el tiempo corriera en camara lenta, aunque yo hubiese deseado que se detuviera. Era tan evidente que ninguno de los dos quería marcharse; aquel juego de miradas nos invitaba a quedarnos rendidos el uno al otro, admirando nuestras sonrisas, disfrutando de aquel nerviosismo y ansiedad de sentirnos tan cercanos.
No me atreví a voltear, camine hacia mi destino mientas comenzaba a hacer conjeturas… le gustaré? Me pregunte una y otra vez… porque a mí me encanta!!… me recordará a menudo? Porque yo a Él no lo olvido… y si mis labios se juntaran a los suyos… siguiendo aquel son de nuestras manos, entonces… entonces, seguramente el tiempo sí se detendría.
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