Tus ojos,
esos que me miraban con tanta pasión,
con tantos deseos,
hoy me miran como un par de lanzas
que atraviesan mi corazón
y tus palabras que un día fueron bálsamo
a mis heridas ahora profundizan las llagas.
Tus brazos
parece que se hacen pequeños cuando me acerco a ellos,
tan pequeños que ya no pueden abrazarme más;
y sentada en el sillón me quedo
mientras pasan las horas,
estancada,
perdida,
sin ti,
sin tu amor.
Tu tiempo ha dejado de compartirse conmigo,
ahora comienza hacer de alguien más,
¿me pregunto quién tendrá la dicha de disfrutarlo?
¿Quién puede disfrutar de tu hermosa sonrisa y tu par de lindos luceros?
Sentada en el sillón se me van los días, mis extremidades comienzan a echar raíces
parece que ellos saben algo que yo no sé,
ya sienten que no caminarán más por los senderos a tu lado,
ellos saben que ya no volverás.
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