Y después de tantas lunas y tantos soles descubrí que era tanta mi preocupación por encontrarme... que me perdí en el camino...

Y tu.. ¿Ya me has encontrado?



lunes, 25 de mayo de 2015

Relato

Estoy escuchando una canción y he pensado en ti… e inmediatamente una sonrisa se ha dibujado en mi rostro, ahora me doy cuenta que en efecto, esquivar tu imagen es inevitable.
Cavilo sobre el vaivén de tus idas y de tus ideas que te llegan de golpe, las tomas como estandarte y no hay opción para quebrantos y entonces partes… te vas (que vale aclarar que ya no las percibo como huidas), antes sostenía que era bastante complejo lidiar con eso, no porque no te quisiera presente en mis días, no, no es por eso… sólo que era agotador; ahora entiendo que muy en el fondo me resistía a esas emprendidas tuyas.
Nunca he necesitado de nada, ni de nadie, si una puerta se cierra inmediatamente busco otras opciones, no he necesitado cobijo, ni protección, ni mucho menos aprobación, alguna vez consuelo, pero ese… ese lo brinda cualquiera. Tampoco te necesito a ti, pero aun sin necesitarte, me resisto a dejarte ir, a ya no poder olerte, ni verte, ni probarte, ni sentir tu piel.
¿Intuyes porque? Porque no eres necesario y sin embargo cuando te vas miro atrás y me dueles, veo tus fotos, leo tus mensajes, y cuando entro a mi habitación ese aroma que aún guarda a ti me devasta, siempre pensé “cuando una puerta se cierra, dos se abren”, nadie es necesario, tampoco lo eres tú y ese es el problema.
La última vez que alguien me cuestionó referente a la clase de hombre que me gusta, ni siquiera ahondé en la pregunta, respondí de manera superficial, común e intuitiva… “inteligente y divertido con eso es suficiente… no me falta más” y es que en realidad no me faltaba nada.
Jamás ahondé en la clase de hombre que podría atraparme de manera tal que no quisiese salir de él, que cada una de sus cualidades cumplieran las expectativas (si las tuviese), pues jamás las tuve y sin embargo cuando te conocí algo en mis entrañas se volcó, sufrí algo similar a un bing-bang interno, supe (no sé cómo) que eras tú, he tratado de describir esas emociones, sensaciones y sentimientos que han manado desde entonces, pero no puedo, me resulta bastante complicado, no hay las suficientes palabras para describirlo, ni una que le honre.
Y sigo sin necesitar nada de nadie, no obstante, no quiero que tu puerta se me cierre, no me hace falta nada, ni a ti tampoco… podría ser eso lo que me atrae de manera excesiva, ilógica y casi incoherente… tu basta independencia, vaya ironías.
Luna 


No hay comentarios:

Publicar un comentario