Me cuestionaron referente a que era lo que
más me gustaba de ti, gran dilema,
podría enlistar las múltiples razones que me
hacen sentir el deseo y a su vez, la fortuna de amarte,
de quererte día a día un poco o un tanto más;
pensar justamente en esos motivos provocan en
mi una cascada de imperiosas sonrisas, algo
que deja de ser novedad, pero no pierde lo mágico,
esa capacidad tuya de minimizar los estragos del
estrés diario, de mis menudas rabietas,
encuentras las palabras y acciones justas que dan armonía;
la dulzura de tu voz, usualmente serena, y brava
para proteger o escudar ante la mínima amenaza,
tu caballerosidad inquebrantable que en mi vagabundo
interés por dejar mi porte de simple mujer desencadena
esa emoción pueril al tratarme de manera soberana y
dejo mis fachas ingenuas y me vuelvo tu dama;
tu instinto de protección que desconoce límites,
te olvidas de ti cuando se trata de mi resguardo,
tu mesura cuando te tomas esos minutos para pensar
antes de actuar, tu sentido del humor que le da vida a mi corazón,
motor a mis sonrisas, tu naturaleza y espontaneidad,
la imparcialidad de tus palabras que continuamente me
hacen entrar en razón, la afinidad y empatía que compartimos,
la seguridad de ti mismo que me parece tan sensual,
y la figura que no puedo omitir, me encantas de pies a cabeza,
no te encuentro ni el más mínimo desperfecto,
tu línea y esas prendas que siempre me invitan a pecar,
a maquilar miles de perversidades de las que está por
demás hablar, tus caricias que me envuelven en dulzura,
tus besos a los que me he vuelto adicta, tus detalles
sorpresivos, lo encantador de tus sonrisas, la suavidad
de tus manos, el olor de tu piel, la ternura en tu mirada,
tu voz tan seductora, tus locuras y ocurrencias, tu manera de amarme,
de mirarme, de tocarme, de volver en cielos el infierno,
tu manera de mimarme al punto de malcriarme,
tu aceptación de todo lo que soy, de todo lo que vive en mí,
eres el justo complemento que da equilibrio a mis días,
a mis actos e ideas… eres la ternura y la hombría
el volcán en activo y la serenidad de las olas, sonrisas y prudencia,
sombras y luz, inteligencia, ternura y candencia…
eres lo que nunca busqué, pero bendigo a la vida
desde que te encontré.
De ti… Tu Luna
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