Me levanté de puntillas para no hacer mucho ruido,
pensé que ello ayudaría a no despertar el fantasma de tus reproches,
a veces me asusta con su cara furiosa, aún te percibes herido,
hoy pensé “es un buen viernes y a fuera no llueve”,
pensé “es un buen día”, pero has despertado y con ello las tormentas,
hecatombes y huracanes de resentimientos.
Me quedé de puntillas a medio pasillo,
sentí el gélido viento que congeló mi movimiento,
estás de nuevo echándote sobre mi espalda,
con ese corazón atravesado por una lanza,
qué más da caminar de puntillas o con desesperanza,
el fantasma despertó y se me ha echado sin contemplación,
es viernes afuera no llueve,
pero acá me preparo para el desastre emocional,
en fin... de esas cuentas pendientes por pagar.
Luna
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