Entonces un día desperté
queriendo que el fuera lo primero que miraran mis ojos,
queriendo ver sus cabellos desordenados sobre mis sábanas;
compartiendo cada uno de mis días
y desenmascarando esas tremendas locuras;
queriendo obsequiarle todo lo que soy con mi luz y sombras.
Desperté con el deseo de preparar café para dos
y sonreír coquetamente
mientras sus ojos se disuelven con el azúcar sobre el café,
y el sabor de sus besos sobre mis labios,
queriendo tener esa primer discusión
para después llegar a un deliciosa conciliación.
Desperté añorando mis manos pequeñas
encajadas suavemente en las suyas
mientras caminamos por la acera húmeda
que ha dejado la lluvia,
pensando en como hacer para resolver las deudas...
Desperté pensando en cosas tangibles,
en sonrisas y llantos,
en alegrías y enojos,
en orden y desorden,
desperté compleja
y deliciosamente añorándolo.
Luna
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