Y después de tantas lunas y tantos soles descubrí que era tanta mi preocupación por encontrarme... que me perdí en el camino...

Y tu.. ¿Ya me has encontrado?



miércoles, 3 de septiembre de 2014

Despertador matutino

Me han venido las memorias de las noches a tu lado
¿recuerdas en la cama uno a cada costado?,
yo del lado a la pared y tú al pasillo,
decías para ver hasta el cuarto de las nenas;
protegiste nuestros días y velaste nuestros sueños.

Mi cama hoy cela tu espacio, sigo recostándome 
del lado a la pared y una almohada da al pasillo,
se me dibuja una sonrisa al recordar que 
nos abrazábamos 5 minutos para dormir 
y después cada uno cogía su espacio,
tú para un lado, yo para otro, espaldas unidas
y luego el cómo movías el trasero “para que se amoldara
con el mío”… era la frase para dar inicio a la noche.

Para amanecer, inexplicablemente despertábamos 
armados un lío, tú en mi pecho con tu mano sobre mi espalda
y mis pies arriba de los tuyos, no se sabía de quien 
era cada parte que se asomaba por fuera de las sabanas,
y nuestro despertador matutino que no fallaba los 
fines de semana ¿recuerdas? yo aún no lo olvido.

Una sonrisita picarona que comenzaba a jugar con 
nuestros pies "¡ya amaneció!" pronunciaba acto seguido;
y yo me levantaba con ese racimo de hierbas alocadas 
sobre la cabeza y tú, tú con esa pulcritud  que te caracterizaba
único, especial, autentico, mi corazón se paraliza al recordar.

Y aquí estoy sobre mi cama, ésta misma que nos dedicó 
tantos anocheceres, testigo del amor profundo de dos seres,
y las mañanas con prisas, con calmas, con sonrisas, con 
peso en las espaldas, con ánimo y desánimo, pero ahí estabas
en esa orilla del pasillo en la que ya no figurarás más…

Luna



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