¿Por qué huyes? me cuestionaste
y no pude evitar escapar una sonrisa;
de frente estaba cuando tú dabas la espalda
quizás por ello no viste que ahí continuaba,
ahora vuelves, cuestionando ¿por qué huyo?
no me alejo, aquí sigo, contesté serenamente,
muchos se van y algunos regresan,
y siempre me encuentran en el mismo lugar,
no me marcho por fuerte que sean los vientos,
por más heridas que me provoquen los recuerdos,
siempre sigo aquí, en mi humilde refugio,
con mayor razón si de dar la cara se trata o de enfrentar
mis faltas con incondicional responsabilidad,
pero jamás me marcho, aunque ya no sienta los pies,
aunque al corazón le sea difícil continuar su palpitar,
aunque cesen los sueños y me encuentre falta de anhelos,
por sí necesitas de mí... aquí he de continuar.
Luna
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