Mi Duelo

La negación es parte del duelo, 

me he negado a mí misma tu ausencia, 

aún me niego rotundamente a aceptarlo,

todo termino y nada será como antes, 

no serán nuestras bocas las que abran de besarse,

y nuestras sonrisas a la distancia compartirse.

Es verdad, los castillos primero se construyen de arena, 

es como el bosquejo de lo que será en un futuro, 

después se van construyendo de diamantes y zafiros, 

pero mis castillos comienzan a disolverse con el viento,

quedará pues incierto lo que pudo ser y no será.

La indiferencia también es parte del duelo

si me levanto de la cama o si sigo fundida en ella, 

si como o me baño, si es de día o de noche,

no importa si hay reunión el fin de semana o 

me quedo deambulando en la casa,

qué más da, ahora el dejo es mi condición y porte.

El dolor en el pecho es parte del duelo

es tu alma que se me va desprendiendo, 

es tu esencia que va disgregándose del corazón, 

es tu aliento que desgarra por dentro, 

el dolor de la partida, de la ausencia, del fin,

es tu alma que se me atraviesa entre las vísceras, 

entre la mente, la garganta y el ánimo.

Al filo del abismo espero retorciéndome de dolor

ese momento en el que habrá de salvarme la aceptación,

que llegará a mí la clarividencia y entendimiento, 

en el que habré de enterrar mi duelo con tu recuerdo,

mis castillos, la indiferencia y este dolor que mata,

ahora lo único que entiendo es que tu no estas y 

que todo me da jodidamente igual…

Luna.