Cuando esté a punto de irme de esta vida,
y la gente sollozando esté triste por mi pronta ausencia,
yo me sentaré a jugar con la muerte mi última partida,
mientras le cuento como fue en vida ésta chica suicida,
que se fue muriendo de poco a poco por amor
y por sus tremendas y pasionales adicciones,
de sorbo a sorbo 3 o 4 cafés mañana, tarde y noche,
a veces para dormir un té, casi siempre tequila o cerveza,
en las letras que escribía dejaba el alma prendida,
y de cachito en cachito se fue quedando vacía;
pero absurdamente fue feliz, quien lo iba a decir,
con su soledad y sus letras envueltas de crudeza,
fue feliz cuando se cansó y dejo de fingir,
cuando dejó de lado su complejo pasado,
y fue así suicidándose poco a poco,
eligiendo la manera en quería morir,
y no fue con pastillas digeridas,
ni con una soga atada al cuello,
ni sangre derramada sobre el suelo;
valiente la heroína quiso morir de exceso de vida
de los intensos amores que le arrojaban a la agonía,
así fue en vida ésta chica, “he de aclarar que fue por gusto
y placer entregada, profunda y descuidadamente suicida”.
Luna
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