La ventaja de estar melancólico,
doliente y del no tenerte
es que transpiro por las letras
el padecimiento fatídico de tu ausencia;
escupo ferozmente entre palabras
y fraseríos lo que en el alma quema.
La ventaja de estar sin tus ojos
y tu sonrisa de niño travieso,
es que me habitas, me dopas,
me fundes en un abismo sin fondo
de fotografías mentales,
de daños, emociones y sabores,
que se entretejen por las venas,
por los huesos, por las carnes,
y se expulsan por los dedos
a través de absurdas letras;
la ventaja de no tenerte,
es que tristemente inspiras
es que ahogas mi mente de ideas,
entre nubes negras y chubascos
se forman las más hermosas tormentas.
Luna
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