Cargado

Traigo cargado el insomnio,

dueño de mis sueños ya intranquilos,

los nudillos y los dientes apretados,

el ceño un poco tenso por  

la luz que afecta los ojos cansados,

pinchazos en la vista castigan el cerebro,

una cefalea sazona deliciosamente la ocasión.

Traigo cargado tu recuerdo,

se ha colgado con las garras a la espalda,

tu carita reluciente estampada

ociosamente en las paredes,

y tu sonrisa mezclada en el café

me la he sorbido en la mañana,

el aroma de tu piel y tus cabellos

fundido al ambiente altera sensualmente mis sentidos.

Traigo cargado el fantasma de tu cuerpo

frío y tieso, como el aire helado

de la nevera al sacar una cerveza,

el sabor en la boca siempre amargo,

tan exquisito, tan mío, tan tuyo,

traigo tu nombre trescientas veces

escrito en una papeleta,

que alguna vez terminaré gozosamente calcinando.

Traigo cargado el corazón,

y sus secuelas post mortem,

de sus arterias destilan Fernet,

la carne se ha vuelto piedra,

pobrecito ahí colgado quietecito,

su trabajo terminado ya lo he pensionado,

no más latidos, no más heridas,

no más noches absurdamente obsesionado.

Luna.