Y después de tantas lunas y tantos soles descubrí que era tanta mi preocupación por encontrarme... que me perdí en el camino...

Y tu.. ¿Ya me has encontrado?



jueves, 31 de julio de 2014

Después de la vida... tú

Aún conservo ciertos hábitos religiosos
como el de llevar mi mano hacia ese lado vacío de la cama,
o el de mirar hacia la puerta pensando que en cualquier
momento entrarás con esa sonrisa pervertida que me 
sugería ignorar la hora y quedarme un poco más;
o terminar tirando la mitad del café por que nuevamente
lo he puesto para dos, 
sigo sonrojándome al abrochar mi sostén pensando en
tu mirada dulce que me recorría de pies a cabeza,
y en el sofá me siento a la izquierda porque a la derecha
te sentabas tú, 
salgo por las noches a caminar un poco y lo primero que hago
es voltear la mirada a la luna  recordando eso que me decías
de que, aunque estuvieses lejos de mí, ella siempre uniría 
nuestras miradas y el suspiro que soltásemos se iría al firmamento
para fundirse y crear una estrella más que lo adornase;
aún compro peras, de esas tiernas que tanto te gustaban;
escucho a diario tu “lista de reproducción” al encender el auto, 
y al dormir a cada noche guardo un minuto de silencio y 
pongo mi mente en blanco, después repito a mis adentros,
“estoy tranquila porque ha de llegar el momento de irme de 
este pleno existencial y unirme de nuevo a ti, fundirme en tu
alma y ser de nuevo uno sólo, mi corazón te guarda y 
mi espíritu entiende que ese día vendrá, porque lo único
seguro en esta vida es la muerte y ella dulcemente me ha de llevar a ti”

Luna.



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