Y después de tantas lunas y tantos soles descubrí que era tanta mi preocupación por encontrarme... que me perdí en el camino...

Y tu.. ¿Ya me has encontrado?



jueves, 4 de diciembre de 2014

A mi viejito

Tus ojos llenos de historias, 
los dedos cansados de los recuentos, 
tu voz que se comenzaba a agitar cada vez que hablabas, 
tu camino lento, tardío, que jamás agoto el paso,
tu mirada serena, dulce, llena de amor, de ternura
tus palabras que me daban paz y templanza,
tu pañuelo que desenfundaste del bolsillo para secar mis lágrimas, 
el olor de tus prendas a tabaco, al césped, a las semillas, 
tu ánimo, tu apoyo, tu comprensión, tu entereza,
tus palabras de aliento aunque no comulgases con mis acciones, 
el banco de metal siempre en el pasillo, esperando por ti, 
las nenitas de tus ojos a quien cumplías cada uno de sus caprichos, 
y es que éramos TUS nenitas, de quienes no podías ver llanto, 
lloraste cada uno de mis lágrimas, sufriste cada uno de mis errores,
me levantaste del pantano en el que estuve a punto de ahogarme,
me enseñaste con tu palabra el valor real de las cosas, 
llegaste a mi vida a salvarme, eres el ángel que el cielo bajo para cuidarme,
eres el mismo ángel que requirieron y a los cielos tu presencia volviste, 
a menudo recuerdo tu respuesta cuando te  decía “mi viejito”
“viejos los cerros y aun reverdecen” ¿cómo olvidarlo?
mi viejito hermoso, mi padre, mi abuelo, que sin ser de mi sangre
me diste lo que el linaje no pudo darme , tu amor, tu respeto, 
eres aún al paso de los años y en tu ausencia de carne la persona 
que más admiro, mi señor gracias por todo lo que usted me dio,
y en honor a todo lo que fuiste, eres y significas en mi vida
dejo aquí estas humildes letras,  muestras de mi amor y onda fortuna,
y no me despido con un adiós, sino un hasta pronto mi viejito del alma! 

Luna
(En honor a José González Navarro +)



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