¿Cuántas veces he muerto en sus labios,
enredada entre sus brazos,
desvanecida entre gemidos y suspiros?
¿Cuántas veces he tocado el cielo
entre las pieles y el olor exquisito
de sus cabellos o su lengua traviesa?
Dos, tres, cinco, veinte,
¿Cuántos segundos he perdido la vida
para resucitar una y otra vez entre los orgasmos,
con la respiración agitada y las pieles destiladas?
¿Cuántas veces he ascendido al cielo
con sus dedos haciéndome delirar
con sus manos que me elevan,
me drogan y hacen alucinar,
con sus besos esparcidos por mis pechos,
mis caderas, mi ombligo y entrepierna?
Dos, tres, cinco, veinte… decenas de veces.
Luna
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