Hubo algunos hombres de valor suficiente
a quienes les compartí mis sonrisas,
mientras otros sólo la besaron,
de quienes mi pecho fue resguardo
no sólo un pedazo de dermis incendiada,
esos que despertaron en mi cama
que no estuvieron sólo de paso,
a quienes les dedique con esmero mi tiempo,
no sólo fugaces momentos,
esos que habitaron constantes en mis sueños,
y no sólo efímeros instantes en el pensamiento.
Luna
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