Mi lápiz, mi papel, mis ideas sin sentido
que haría yo sin ustedes,
seguramente me concebiría mutilada,
sin corazón, sin viseras… sin las alas
que dirigen a mi mente vagabunda;
la vida perdería todo sentido.
En tiempos como estos ustedes me levantan
-Me miran perplejos unos instantes en el suelo
envuelta en el ánimo de derrota y pesimismo
ese ánimo con que, por fortuna,
muy pocas veces me visto-
me toman cariñosamente de las manos
y sanan los golpes para continuar el vuelo.
Mis fieles amigos de danzas y locas aventuras
de noches de parís y hermosas lunas,
de románticos y apasionados encuentros,
de bailes interminables por el universo,
de noches en vela con café y vino,
y amores eternos o desamores efímeros,
con ánimo y sin él,
en completa prosperidad o radicalmente devastada,
total gratitud por soportar la fuerza de mi puño y
la constancia imparable de mis letras.
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