Terminé dopada por la excesiva cafeína,
y las muchas horas de vigilia…
Como consecuencia
de la mente extraviada
777 veces escribí tú nombre
Jorge Maximiliano Raul José de Covarrubias B.
el alma recelosa
quizá por el temor
de que el tiempo
terminé disolviendo tu nombre
lo ha tatuado
en el corazón,
en los sueños y
en la horas que deambulan sin sentido,
en mi falsa sonrisa,
en mis dedos que teclean
mecánicamente tu nombre,
mi mente te figura en todas partes...
El café matutino lo he bebido con Jorge el constante deprimido,
los viajes habituales para el baile de medio día
del brazo de Maximiliano "mi poeta tan querido",
incluso, he charlado con Raúl el indiferente;
José de compañía en el autobús, después en el tranvía,
La cena insípida con Covarrubias que jamás para de hacerme sonreír,
y los insomnios esos insomnios eternos
a lado de mi por siempre amor B.
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