EL luto

Voy despertando con un sabor amargo, la lengua reseca y

un severo dolor de cabeza que retumba hasta las sienes,

siento los ojos salir de su órbita mismos que se cierran lastimosos

por la luz que se escabulle entre las entreabiertas cortinas,

veo sobre el buró la misma fotografía y el racimo de flores muertas.

De nuevo mi corazón se hace pequeño hasta extinguirse entre

las memorias que nuevamente vuelven a lacerar mi existencia,

recuerdo tus majestuosos ojos y tu sonrisa, tus palabras, tus promesas,

esas que ahora tanto detesto, si pudiera arrancaría 

de mi mente cada uno de los recuerdos en los que ahora te resguardas.

Las aguas brotan abruptamente por mis lagrimales,

mientras mi cabeza se mueve de izquierda a derecha y una frase 

apagada sale de mi boca .- no, no…no; de nuevo me veo presa de 

la negación, así como del frío intimidante que recorre mis entrañas,

.- ¿Por qué me has hecho esto? ¡Te odio, maldito seas! despido a gritos.

Minutos después reina el silencio y la calma hasta que…

Miro la fotografía donde figuramos, la giro al reverso y leo tus letras 

“tú y yo hasta el final de los tiempos”, la tomo con fuerza entre mis manos,

comienzo de nuevo a gritar, las flores secas en el piso golpeo hasta hacerlas

trizas; escucho entrar a esos grandes tipos, como ya es costumbre me toman

de los brazos y sus caras sin expresión escupo, me tiran con mayor fuerza

mientras insertan el largo de la aguja sobre mi hombro y administran 

el usual líquido nefasto, casi de inmediato desvanezco con dejadez derrota.

Me recuestan con sus típicos movimientos mecánicos sobre la cama,

mi vista se pierde en la nada; salen de mis labios desfallecidos susurros

.- Porque te fuiste… porque me has dejado a mi suerte, lo prometiste;

Llévame contigo… traspasa los abismos y cumple tu juramento

“tú y yo hasta el final de los tiempos”