Hoy abrazaré al árbol que me da cobijo y haré un pequeño ritual de agradecimiento a todo lo que me permite estar: al suelo que piso, el aire que respiro, el sol que ilumina mis mañanas y me abriga con su calor inigualable, por el agua que bebo y que limpia éste cuerpo que me sirve de transporte, a los alimentos que están hoy en mi mesa, a las personas que me permiten trabajar y con ello valorar el fruto y también aquellas que me sonríen de lejos, de cerca y a las que me permiten servir. Mi vida es comúnmente gratitud, por las alegrías y también por las adversidades, por lo que se me obsequia, por lo que no se me niega, la realidad es que nada es mío… todo es un regalo en constante movimiento…
Hoy abrazaré a la vida en todos los sentidos.
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