No sentí pena cuando
me miraste devastada sobre el suelo…
hecha mil pedazos,
llorando cual si dentro llevase el mar,
figurando analogía del dolor,
dejando escapar los gritos que desgarraban mi alma,
porque justo ese momento fue sólo mío y del tiempo,
ya no era yo de los problemas,
ya no era yo de los tormentos,
ya no más de los dolores,
ni de los insomnios,
ya no fui de mi familia,
ya no más de los amigos,
ni de las personas que me rodean…
En ese instante… no fui más tuya,
si no, sólo mía y del tiempo.
Luna.
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