Y después de tantas lunas y tantos soles descubrí que era tanta mi preocupación por encontrarme... que me perdí en el camino...

Y tu.. ¿Ya me has encontrado?



viernes, 6 de junio de 2014

Ciruelas tristes

Entraste sin decir nada, dejaste las llaves sobre la pequeña mesa de la sala y diste la vuelta; me quedé observando cómo una estatua, estaba sentada en el sofá (en nuestro sofá) con un gran plato repleto de ciruelas (rojas, por supuesto), tres emparedados que figuraban horribles con todos esos ingredientes que encontré en la nevera y un tazón de arroz, tal como me gusta, sin pasas, ni nueces y muy poca azúcar; a punto de cerrar la puerta, la abriste lentamente, supuse que tanta comida me había delatado, o quizás las ciruelas rojas, me miraste fijamente y me cuestionaste

.- ¿Todo bien? (Yo no tenía ánimo de hablar, algo raro en mí, sabes que usualmente hablo demasiado, siempre había creído que era algo molesto, hasta que tú me dijiste que te encantaba, que podías pasar horas escuchándome)

.-claro que sí, todo genial, te respondí (por dentro mi corazón gritaba, no estoy bien, nada está bien)

Caminaste hacia conmigo, te sentaste por un lado y me abrazaste fuertemente y aunque no correspondí, mi alma lo agradece, necesitaba tanto ese abrazo, después de unos minutos que fueron sublimes, te pusiste de pie y mencionaste “todo va a mejorar”, que ironía volvieron las palabras que utilicé al decidir que era mejor tomar distancia; finalizaste con un “Eres grande, Te quiero mucho”; quise decirte.- no te vayas, quédate!… pero no pude, no tuve el valor o quizás, quizás no lo quise, sigo pensando que a veces (como decía Charles Chaplin) “el tiempo es el mejor autor, siempre encuentra un final perfecto”


No hay comentarios:

Publicar un comentario