Y después de tantas lunas y tantos soles descubrí que era tanta mi preocupación por encontrarme... que me perdí en el camino...

Y tu.. ¿Ya me has encontrado?



lunes, 2 de junio de 2014

Lo que tanto temía

Temía tanto terminar aquí, de algún modo sospechaba que se llegaría a este punto lacerante y llagoso; tristemente caímos en el abismo de la valemadría. Las palabras lindas y las caricias con sus besos de “buenos días” se fueron sustituyendo por esas palabras que minimizaban mi humanidad, pero entendía que de alguna manera él tenía que vaciar el lastre, de otro modo terminaría convirtiéndose en monstruo.

Vi cómo iba padeciendo esa muerte lenta, como se iba consumiendo y apagando día a día, juró que me odié por eso, no podía entender como amándole tanto hubiese terminado por inyectar tanto dolor en él. Y el dolor o te hace más humano o más monstruoso.

Un amigo me dijo que parte del amor es entender cuando es mejor decir adiós y hacía ya tiempo que había comprendido que aquel amor se había convertido en una enfermiza adicción al dolor. 

Renuncie al egoísmo, ese mismo que negué cientos de veces como parte de mí y terminé abandonando el mal hábito de alimentarme de aquel hombre que tanto amé.

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