Y después de tantas lunas y tantos soles descubrí que era tanta mi preocupación por encontrarme... que me perdí en el camino...

Y tu.. ¿Ya me has encontrado?



viernes, 6 de junio de 2014

Despertó mi cuerpo

Has sentido alguna vez por las mañanas que lo que se levanta es un cuerpo sostenido por un encorvado esqueleto... pero nada más?

Qué se ponen de pie las pieles, pero el alma no?

Así justo me ha pasado, no sé si quedó en la taza de café de media noche, o en la profundidad del sueño de esa libertad añorada… porque aquí en la realidad (en lo físico), todos somos presos... de morales, de tendencias, de marcas, costumbres, fanatismos, desamores, prejuicios, avaricias, deseos, religión o algunas de esas miles de posibilidades a las que uno puede vivir atado, siempre hay algo a lo que uno se aprese por mero gusto, por costumbre o porque no queda más.

Despertó mi cuerpo, pero el alma no, quizás quedó prendido al bolígrafo o plasmado en las letras amorfas por el insomnio, no les sorprenda pues ver el resultado de terribles incongruencias porque un cuerpo sin alma no es más que un fantasma, un cuerpo perforado, hueco… un maniquí.

Despertó mi cuerpo, pero el alma… no.



No hay comentarios:

Publicar un comentario