No estuvo tan mal

Siendo tan diferentes,

nos creíamos tan afines;

tú negativo (a lo que le decías realista!),

yo positiva (según se cree fantasiosa)

tú constantemente alegre,

yo más deprimente;

tú con tu tabaco

yo que lo aborrezco;

a mí me apasiona escribir,

a ti ni te agrada leer;

a ti te encantan los abrazos,

yo siento que me sofocan;

a ti te gusta salir,

yo adoro mi sofá;

tú casi no lloras,

yo hasta por los días nublados;

tú muy callado,

yo no paro de hablar;

tu dulce,

yo desabrida;

te fascinan los filmes de guerra

y a mí me deprimen.

Y aún con tantas diferencias,

nos sentíamos tan iguales,

encontrábamos por lo regular

el punto que mediaba el equilibrio,

creíamos que todo estaría genial,

nos soñábamos juntos de viejos,

nos ilusionábamos con visiones irreales,

y luchamos… luchamos… luchamos,

no estuvo tan mal

porque lo intentamos;

entendimos al final que 

ese engrane diminuto 

terminaba jodiendo todo, 

y luchamos… luchamos… luchamos, 

no estuvo tan mal.