me he tenido que fingir cuerda
aparentar por ejemplo que me agrada
el medio en el que vivo,
que si se hace lo que se hace… qué más da,
o que me gustan las tendencias y las modas
y unas zapatillas altas nunca están por demás,
que si dicen que es blanco y le veo negro,
no reniego y gustosa asiento blanco es,
que el alcohol es malo y pecar no es correcto,
y al extender alas al viento un accidente puede suceder,
algunas ocasiones dejo mi locura en el ropero,
para salir a este mundo asfixiantemente cuerdo,
donde el ser natural, no puede existir,
pues desde niños nos enseñan a fingir,
en un mundo a veces perverso, algunas otras cruel,
enfermo e iracundo por ser lo que no es,
te enseñan a arrodillarte y profesar a lo que tus ojos no ven,
y se olvidan de recordar que el amor suele sanar,
el amor ya no es enseñanza y pronto se deja de ejercer,
entonces te enfermas de ese virus esquemático y frío,
te vuelves menos humano y te haces más mecánico,
y si no eres de la manada les sirves de carnada,
por eso a veces me finjo sensata y equilibrada,
sólo para no ser devorada.
Luna.

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