Hubo días en que me hubiese gustado dejar de ser humano,
porque ser humano es complejo,
más complejo de lo que cualquiera pueda describir,
y en momentos como esos como me hubiese gustado
ser por ejemplo mar y acariciar con mis olas la suave arena,
o quizás ser el suspiro exhalado de un enamorado,
o de alguien que ya no pudo más contener la nostalgia;
ser tiempo y pasar sin prisas, sin preocupaciones, ni inquietudes,
ser olvido y pasar como un minuto desapercibido,
o aire y colarme por las sendas y bellos paisajes,
flotar en forma de nube y provocar la sonrisa de un niño,
o la pluma desprendida de un ave al vuelo y flotar... flotar… flotar.
Luna.
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