Llevo marcas en los pulmones de cada una de las inhalaciones,
en el hígado y los riñones de aquellas copas que no quise detener,
marcas en la piel de personas, de vidas, de momentos y estaciones,
marcas en los labios de palabras expulsadas y algunas otras reprimidas,
marcas en los ojos de alegrías, de insomnios, de lagrimas esparcidas,
y marcas en el alma de dulces bienvenidas y amargas despedidas.
Luna.
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