He besado tantos cuerpos,
me he visto en tantos ojos, sin efecto,
el tiempo parece correr sin dejar nada a su paso,
encontraré esa alma que se viste de piel
será más que su olor y su sonrisa,
más que una piel de algodones,
más que una mirada hechizante.
Ardo como un antorcha inmortal
en espera de aquel que se funda en mi fuego
donde el miedo se vaya de viaje.
No quiero seguir soñando,
tampoco ver espejismos,
quiero alguien que me note
que se observe en mis ojos.
Coincidir con él entre millones,
eso… eso es un milagro,
en algún lugar,
en algún suspiro,
ya vendrá o...
¿ya ha llegado?
Luna.
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