Te vi y me vi en ti... y todo aquello que yo era se fue desenmarañando.
Ella era una chica salvaje… y era más que sus cientos de emociones indomables y mucho menos que su larga lista de incongruencias y contrariedades; continuamente se le veía saltar de una emoción a otra, tan intensa en sus alegrías y tristezas… bajo la ilusión de estar completa acostumbraba llenar sus vacíos –esos que son comunes en las personas que en algún punto de su vida experimentaron una sensación de rechazo o abandono– y terminó olvidando el amor en alguna estación del tren, se corrompió entre los deseos mundanos alcohol y piel. No contempló que la vida aun le guardaba situaciones inéditas y, quizás, si ahoga el miedo a ser defraudada pueda resucitar la esperanza y llenar los huecos que se ha cavado en el alma.
Luna
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