Y después de tantas lunas y tantos soles descubrí que era tanta mi preocupación por encontrarme... que me perdí en el camino...

Y tu.. ¿Ya me has encontrado?



lunes, 25 de abril de 2016

Hace un par de veranos que dejé de contar las velas al pastel,
así es, dejé de contar años… también amigos y tantas otras cosas más;
adquirí un cierto tipo de tranquilidad
al punto que me permití dejar de lado la contabilidad,
la gente le ha llamado valemadrismo, 
vaya epifanía… esa que se le tiene a los números, 
dígitos, dígitos.... siempre habrá que contabilizar
para ver qué tan pobre se es... supongo,
¿cuántos amigos tengo o cuanto es lo que me ama?,
como si las emociones realmente se pudieran cuantificar;
sé con seguridad que en el trayecto quien desee estar… estará 
aún sin ser llamado, y quien se quiera ir se irá aun estando invitado.
El epílogo de mi vida tendrá a lo mucho un par de líneas,
y no me quita el sueño, mucho menos el apetito,
si ha de haber alguien que sostenga mi mano moribunda
o si ha de hallarse sola, no entiendo porque la gente sataniza la muerte en soledad?
Yo no quiero ver caras largas, ni angustias, ni desconciertos, 
para eso.. prefiero la soledad… hace un par de veranos que dejó de aterrarme la idea,
me lo confiesa mi lengua a cada sorbo orgásmico de café,
me lo declara el alma cuando está frente al monitor
escribiendo en absoluta tranquilidad,
dejé de contar… días, horas, personas, amor, soledades,
cualquier cosa que llegase llegará y después en algún momento se irá
y en el absurdo de la brevedad yo veneraré sin contabilizar,
si fue mucho, si fue poco… fue y es lo que importa,
si estás, si no estás… la vida no se detiene… ¿entonces para que contar?

Luna.

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