No lucho contra el dolor, sé que quizás algo quiere mostrarme,
y estoy tranquila observándole como entra en mi cuerpo y se apodera
del palpitar de mi corazón, de los ductos hídricos de mis ojos,
algunas veces de mi razón, le veo ahí entre mis nudillos apretados,
entre mi dentadura oprimida y los cabellos sin peinar,
entre los gestos deprimidos y el pecho apretujado,
le miro sin objetar, sin refutar, algo quiere enseñarme
y después como todo… pasará.
Luna.
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